sábado, 7 de mayo de 2011

Queréis que les cuente la primera vez que la probé?

Estabamos en casa de un amigo, no estabamos muy bien pero era agradable ver a su madre hasta el tope de coca. Bajamos a su sótano, era enorme y había al menos cien vagabundos alalcanze de mi vista. Ibamos a por más yerba para fumar,pero un tio nos dijo que para sentirnos en la cima de una montaña rusa probásemos lo que era la verdadera heroína, y yo miré fijamente a aquella persona a los ojos y nada más que por curiosidad, acepté.
Me daba miedo esa pequeña aguja de largo filo, pero decidí enfrentarme a ella, me ataron el brazo para que mi vena saliese de su escondrijo, y asentí con un <<vamos, porfavor, dése prisa>>, presioné bien fuerte los párpados para asegurarme de no abrirlos.
Al abrirlos, me imaginé a mi corriendo en cueros por un campo de cultivo, quizás era de maíz, era feliz y vivía en toda la totalidad de la vida, la disfrutaba,pero me mareé. De un golpe caí al suelo, mi madre estaba allí, llorando a lágrima viva gritandome, sin saber que me pasaba. Suplicandole a Dios que me cuidara. Yo, como de costumbre la mandé a freír espárragos, ella me soltó tal bofetada que mis labios sangraban como las catarátas de Niagara, mi expresión facial era tal, que mi madre no se digno si quiera a emitir sonido, nunca me habí apegado, ni siquiera levantarme la mano. Salí corriendo, no sabía dón de ir y fui a parar al lugar menos pensado.. La casa de un viejo camello, me interné allí semanas, sin salir ni ver la luz del sol.

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